"Basta con que me conceda una sonrisa de esas que Ella sabe poner

para atraerme como un potente neón.

Con Ella quiero ser como el gato que va detrás del ovillo.

Y es que, Ella, escribe mis versos,

pero no lo sabe.

Bastan sus dedos sedándome la piel al despertar

con su tacto llegado de otro planeta.

Del Planeta "Porque-sé-que-te-gusta,- bebé", -me dice.

Ella mueve mis pasos,

pero aún no lo sabe.

Sé que detrás de esos sus ojos cilíndricos hay mucha más geometría.

También sé que nuestros laberintos se parecen tanto

que, juntos, nos costará apenas dejar atrás al minotauro.

Ahora creo en la magia, aunque no haya visto salir conejo de chistera alguna,

y, ¡ay! al leer esto, ahora, Ella,...

ya lo sabe".






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